Jue, 8 de febrero de 2024
La iniciativa suiza contra el cambio climático aboga por gravar las grandes herencias para financiar una economía más ecológica. Con más de 140.000 firmas, pretende tender un puente entre la justicia social y medioambiental mediante una importante reforma fiscal.
Iniciativa suiza sobre el cambio climático, respaldada por Juso Suizapropone un impuesto sustancial sobre las grandes herencias y donaciones para financiar la reestructuración ecológica. Presentada en Berna con un importante apoyo público, esta iniciativa, titulada "Por una política climática social - financiada equitativamente a través de los impuestos (Iniciativa para un futuro)". Sugiere un tipo impositivo 50% para las herencias y donaciones superiores a 50 millones de francos, eximiendo los primeros 50 millones para concentrar la carga en los más ricos.
Se cree que esto generaría 6.000 millones de francos anuales, de los cuales se destinarían a proyectos medioambientales críticos. Entre ellos, ampliar las fuentes de energía renovables, reciclar a los trabajadores de las industrias de altas emisiones y mejorar las infraestructuras de transporte público. Esta propuesta pretende mitigar el cambio climático y abordar la equidad social exigiendo a los más ricos, con las mayores huellas de carbono, que contribuyan significativamente a la solución.
La iniciativa ha obtenido el apoyo del PS y de los Verdes, lo que refleja el creciente deseo de algunos de contar con políticas progresistas que combinen la acción por el clima con la justicia social. Sin embargo, la propuesta ha suscitado el debate entre las empresas familiares suizas, preocupadas por el posible impacto en la liquidez y la continuidad de la empresa.
No es la primera vez que Suiza se aventura a debatir un impuesto nacional de sucesiones. Un intento anterior en 2015 fracasó, lo que indica el carácter difícil de aplicar tales reformas. Sin embargo, los proponentes argumentan que la creciente visibilidad de los impactos del cambio climático y las crecientes disparidades sociales han cambiado la opinión pública a favor de políticas fiscales más radicales.
Los críticos, como la Asociación Suiza de la Empresa Familiar (SFB), advierten de consecuencias imprevistas para las medianas y grandes empresas familiares, temiendo que el impuesto pueda provocar tensiones financieras o incluso la disolución. La iniciativa sugiere que el Consejo Federal y el Parlamento deben garantizar la existencia de mecanismos para proteger las inversiones de las empresas y evitar efectos económicos adversos.
¿Es posible este plan? ¿Es ingenuo suponer que los mega-ricos tienen estructuras patrimoniales sencillas que pueden gravarse sin más? ¿O el martillo caería con más fuerza sobre las pequeñas empresas nacionales suizas que no pueden refutar las valoraciones de sus activos? Mientras que los oligarcas que llaman a Suiza su hogar huyen de la planificación patrimonial, las valoraciones y las estructuras organizativas suizas. Utilizan ayuda y técnicas del exterior para mantener sus grandes fortunas fuera de las jurisdicciones suizas.
©Keystone/SDA
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